miércoles, 21 de julio de 2010

DE LA HISTORIA: ¡Aquella serie de los 10 millones!

Trabajo de Osvaldo Rojas Garay (Periodico Vanguardia)


Cuando se habla de las grandes hazañas de los equipos del antiguo territorio de Las Villas en los torneos de la pelota cubana no puede dejar de mencionarse el triunfo en la Serie Especial de los 10 Millones, hecho del cual se cumplieron el pasado 18 de julio cuarenta años.

Este certamen que sirvió de esparcimiento a los cientos de trabajadores que laboraron en las tareas de aquella gigantesca zafra azucarera fue, en nuestra opinión el más fuerte de los campeonatos jugados en el país en la pelota revolucionaria hasta la aparición de las Series Selectivas, en 1975.

Seis equipos, uno por cada provincia de entonces, intervinieron en esta cita, en la que cada selección debía enfrentarse en 18 ocasiones a los cinco elencos restantes.

La Habana, con uno de los planteles más completos que se haya podido reunir después de 1962, salió con la etiqueta de favorito para llevarse el gallardete.

Los capitalinos contaban prácticamente con dos estrellas en cada posición. Veinte de sus 32 jugadores integraron antes o después de la fecha el combinado nacional, incluso ocho de ellos formaron parte del conjunto criollo que se impuso aquel año en el recordado mundial de Barranquilla y Cartagena, como son los casos de Agustín Marquetti, Armando Capiró, Rodolfo Puente, Urbano González, Raúl Reyes, Antonio (Tony) González, Manuel Hurtado y el desaparecido Santiago Changa Mederos.

Sin una nómina tan lujosa, pero con el coraje que siempre los caracterizó y un impresionante trío de serpentineros integrado por el fallecido José Antonio Huelga, Rolando Macías --el Músico de San Fernando de Camarones-- y el camagüeyano Gaspar Legón, la representación de Las Villas se burló de los pronósticos, agenciándose la corona con 56 victorias y 33 fracasos, seguida de La Habana (54-35), Camagüey (44-43), Oriente (40-46), Matanzas (39-48) y Pinar del Río (30-58).

El choque decisivo del 18 de julio de 1970, ganado por los villareños, dos carreras a una, reservó un posible duelo de lanzadores entre Macías y Changa Mederos, malogrado en el segundo inning cuando el estelar zurdo habanero fue sustituido por una bateador emergente.

Me contó Macías que tanto él como Huelga y Legón estaban listos para abrir el crucial partido. Faltando poco tiempo para comenzar el encuentro el mentor Servio Borges todavía no había comunicado a quien le daría la pelota.

«Entonces me di cuenta que el hombre era yo, porque era el que menos tiempo empleaba para calentar», comentó Macías, quien caminó sin muchos contratiempos hasta el octavo inning, para apuntarse su décima sonrisa frente a cinco derrotas y de paso se reafirmó como el líder en promedio de carreras limpias del torneo con 0.69 de efectividad.

En el mencionado capítulo entró el astro José Antonio Huelga, quien se acreditó su salvamento número 14 en una brillante campaña en la que exhibió balance de 11 y 1 y escoltó a Macías en la tabla de los primeros lanzadores con 1.11.

Curiosamente las dos carreras de los villareños fueron anotadas por el cuarto bate Enrique Oduardo. La primera de ellas en el segundo, impulsado por doblete de Silvio Montejo. Más tarde, en el sexto, volvió a pisar la goma fletado por tubey de Owen Blandino.

Los giraldillos descontaron una en el octavo y en el noveno pusieron el empate en circulación, tras disparar cohete Urbano González, pero Huelga obligó a Raúl Reyes a batear para doble play y luego retiró a Eulogio Osorio en elevado a las manos del jardinero izquierdo Enrique Oduardo, para sellar el histórico triunfo villareño.

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miércoles, 21 de julio de 2010

DE LA HISTORIA: ¡Aquella serie de los 10 millones!

Trabajo de Osvaldo Rojas Garay (Periodico Vanguardia)


Cuando se habla de las grandes hazañas de los equipos del antiguo territorio de Las Villas en los torneos de la pelota cubana no puede dejar de mencionarse el triunfo en la Serie Especial de los 10 Millones, hecho del cual se cumplieron el pasado 18 de julio cuarenta años.

Este certamen que sirvió de esparcimiento a los cientos de trabajadores que laboraron en las tareas de aquella gigantesca zafra azucarera fue, en nuestra opinión el más fuerte de los campeonatos jugados en el país en la pelota revolucionaria hasta la aparición de las Series Selectivas, en 1975.

Seis equipos, uno por cada provincia de entonces, intervinieron en esta cita, en la que cada selección debía enfrentarse en 18 ocasiones a los cinco elencos restantes.

La Habana, con uno de los planteles más completos que se haya podido reunir después de 1962, salió con la etiqueta de favorito para llevarse el gallardete.

Los capitalinos contaban prácticamente con dos estrellas en cada posición. Veinte de sus 32 jugadores integraron antes o después de la fecha el combinado nacional, incluso ocho de ellos formaron parte del conjunto criollo que se impuso aquel año en el recordado mundial de Barranquilla y Cartagena, como son los casos de Agustín Marquetti, Armando Capiró, Rodolfo Puente, Urbano González, Raúl Reyes, Antonio (Tony) González, Manuel Hurtado y el desaparecido Santiago Changa Mederos.

Sin una nómina tan lujosa, pero con el coraje que siempre los caracterizó y un impresionante trío de serpentineros integrado por el fallecido José Antonio Huelga, Rolando Macías --el Músico de San Fernando de Camarones-- y el camagüeyano Gaspar Legón, la representación de Las Villas se burló de los pronósticos, agenciándose la corona con 56 victorias y 33 fracasos, seguida de La Habana (54-35), Camagüey (44-43), Oriente (40-46), Matanzas (39-48) y Pinar del Río (30-58).

El choque decisivo del 18 de julio de 1970, ganado por los villareños, dos carreras a una, reservó un posible duelo de lanzadores entre Macías y Changa Mederos, malogrado en el segundo inning cuando el estelar zurdo habanero fue sustituido por una bateador emergente.

Me contó Macías que tanto él como Huelga y Legón estaban listos para abrir el crucial partido. Faltando poco tiempo para comenzar el encuentro el mentor Servio Borges todavía no había comunicado a quien le daría la pelota.

«Entonces me di cuenta que el hombre era yo, porque era el que menos tiempo empleaba para calentar», comentó Macías, quien caminó sin muchos contratiempos hasta el octavo inning, para apuntarse su décima sonrisa frente a cinco derrotas y de paso se reafirmó como el líder en promedio de carreras limpias del torneo con 0.69 de efectividad.

En el mencionado capítulo entró el astro José Antonio Huelga, quien se acreditó su salvamento número 14 en una brillante campaña en la que exhibió balance de 11 y 1 y escoltó a Macías en la tabla de los primeros lanzadores con 1.11.

Curiosamente las dos carreras de los villareños fueron anotadas por el cuarto bate Enrique Oduardo. La primera de ellas en el segundo, impulsado por doblete de Silvio Montejo. Más tarde, en el sexto, volvió a pisar la goma fletado por tubey de Owen Blandino.

Los giraldillos descontaron una en el octavo y en el noveno pusieron el empate en circulación, tras disparar cohete Urbano González, pero Huelga obligó a Raúl Reyes a batear para doble play y luego retiró a Eulogio Osorio en elevado a las manos del jardinero izquierdo Enrique Oduardo, para sellar el histórico triunfo villareño.

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